Existen en la población general mitos acerca de la cafeína, de los cuales algunos son ciertos, pero muchos otros, por suerte, no lo son :
“Un café después de comer facilita la digestión”
La cafeína estimula la secreción de saliva y de los jugos gástricos y favorece la digestión; pero hay algo más interesante: el consumo de café reduce considerablemente la aparición de cálculos biliares, de acuerdo con un estudio publicado en junio de 1999 en el Journal of the American Medical Association.
Según los investigadores de la Universidad de Harvard, los adultos que beben dos a tres tazas de café con cafeína tienen un 40 por ciento menos de posibilidades de padecer esa dolencia.
Parece ser que la cafeína puede prevenir la cristalización del colesterol, principal componente de los cálculos biliares. Sin embargo, los especialistas no han querido recomendar el aumento del consumo del café, debido a las consecuencias negativas que puede tener para otros aspectos de la salud.
“La cafeína interfiere en la actividad de los medicamentos”
Algunos compuestos, como los anticonceptivos y los fármacos para el corazón o las úlceras, reducen la capacidad del organismo para eliminar la cafeína por los riñones, esto puede provocar insomnio, irritabilidad y palpitaciones.
La cafeína reduce el efecto sedante de algunos tranquilizantes y, si se toma con algunos antidepresivos, puede causar una crisis de hipertensión arterial grave y alteraciones del ritmo cardíaco.
“Los padres deben evitar que sus hijos tomen café”
De acuerdo con lo expresado por la doctora Judith Rapaport, jefa de psiquiatría infantil del Instituto Nacional de Salud Mental (National Institute of Mental Health) en Estados Unidos, casi ningún niño reacciona de manera adversa a la cafeína con las porciones que se consumen de manera típica.
Ella recomienda a los padres “que apliquen el sentido común al ofrecer a sus hijos porciones normales de alimentos y bebidas con cafeína, incluyendo bebidas gasificadas y té”; y agrega: “Sigo siendo escéptica respecto de cualquier afirmación en el sentido que la cafeína cause hiperactividad en los niños, con base en nuestra propia investigación y el peso de la evidencia científica”.
“Las embarazadas no pueden consumir cafeína”
Las investigaciones indican que su consumo moderado no provoca efectos adversos en la salud de la mujer embarazada, y tampoco afecta la fertilidad. El doctor James Mills, jefe de la sección de epidemiología pediátrica del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (National Institute of Child Health and Human Development) de Estados Unidos, sostiene: “tenemos una gran base de datos sobre la cafeína en el embarazo proveniente de diferentes estudios.
En general, la información refuerza la inocuidad del consumo moderado de esta sustancia durante el embarazo”. En el caso de las embarazadas que deseen consumir alimentos y bebidas que la contengan, Mills recomienda 300 miligramos al día como nivel seguro de cafeína, la cantidad en tres a cinco tazas de café o varias latas de gaseosas.
“La cafeína causa enfermedades en las mamas”
Tanto el Consejo de Asuntos Científicos de la Asociación Médica Norteamericana (American Medical Association’s Council on Scientific Affairs) como el Instituto Nacional del Cáncer (National Cancer Institute) concluyeron, que no hay relación alguna entre la ingesta de cafeína y la enfermedad fibroquística de la mama -patología benigna que se presenta como abultamientos- así lo afirma la doctora Laurie Green, tocoginecóloga del Centro Médico del Pacífico de California.
“La cafeína es como las drogas peligrosas porque crea adicción”
Si bien la cocaína y la heroína son drogas sumamente adictivas y provocan efectos graves en la salud, en el nivel social y psicológico no hay evidencias que sugieran que la cafeína provoque resultados similares, afirma el doctor Charles O`Brien, jefe de psiquiatría del Centro Médico de Administración de Veteranos y profesor de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pennsylvania.
En el sentido médico estricto, la “adicción” a la cafeína implicaría consumirla de una manera abusiva. Una vez que la gente alcanza su nivel diario normal de consumo de cafeína, por lo general no desea consumir más; y casi nadie tiene problemas cuando reduce su consumo en el transcurso de varios días en vez de hacerlo de una sola vez, opina O`Brien.
“La cafeína sube la presión arterial y daña el corazón”
Se ha demostrado que una ingesta moderada produce un aumento de la tensión, pero durante un período corto, y que no se incrementa el riesgo de infarto y de enfermedades coronarias. Pero según un estudio publicado en la revista American Journal of Hipertensión, la cafeína junto con el estrés elevan la presión arterial, y aquellos con hipertensión experimentan mayor riesgo.
Como toda sustancia estimulante, de la que no se puede abusar, provoca en el organismo un estado de hiperactividad en todos los niveles, entre ellos el cardiovascular, por la secreción de catecolaminas.