Por esta razón, alterná grandes comidas con pequeñas colaciones y tratá de consumir algún alimento cada dos o tres horas.
De ese modo te vas a sentir satisfecha y vas a reducir la tentación de querer romper la dieta cada dos por tres.
Es muy recomendable, especialmente al principio, cuando estás más vulnerable y ajustándote a una nueva forma de alimentarte, que te concentres en el tamaño de las porciones.
Lo que te conviene es limitar la cantidad de algunos manjares, sobre todo de aquello que son altos en grasa (como el maní) y carbohidratos (como el arroz y el pan).