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marzo 13, 2011

El Sol: Todo lo que necesitas saber

El sol broncea y proporciona buen humor, pero hay que tomar ciertas precauciones antes de exponerse a la “tentación” de lograr una piel bronceada.

Tené en cuenta algunos consejos:

Tanto el rostro como el cuerpo necesitan una limpieza para afinar la piel y remover los restos de células muertas que han quedado atrapadas por las medias gruesas y la ropa abrigada en el caso del cuerpo, y en la cara por los productos cosméticos emolientes y el maquillaje que cubre en el invierno.

En el hogar podemos pulir nuestra piel con un producto de limpieza mezclado con un abrasivo cutáneo para “peeling”. La palabra peeling significa exfoliar. Las cremas exfoliativas contienen pequeños gránulos esféricos. Al masajear la piel con una de estas cremas, se desprenden las células muertas de la superficie cutánea, con lo cual la misma queda más tersa. Luego de este procedimiento destinado a producir la renovación celular de la piel, debemos humectarla e hidratarla.


La hidratación y la humectación son también necesarias y válidas para las mujeres que ya hayan comenzado a tomar sol.

Se ha demostrado que la pérdida de humedad trae consigo la aparición de arrugas y la disminución de la elasticidad de la piel.

Para restablecer esa humedad, la cosmética puede manejarse con:

1. sustancias que aportan humedad dentro de las células (hidratantes)
2. sustancias oclusivas, que no dejan escapar la humedad de la piel.
3. sustancias capaces de retener humedad en su superficie.


Un sencillo procedimiento es rociar la piel de la cara y el cuerpo con un vaporizador que contenga una loción tónica refrescante, hidratante normalizadota y estimulante.

Para pieles normales y secas se recomiendan cremas, para pieles grasas o seborreicas, es preferible utilizar geles.

Un bronceado saludable

El ser humano soporta muy moderadamente la radicación.

El tiempo que se puede estar expuesto al sol depende del tipo de piel. Nunca debemos exponernos a la acción del sol sin la protección de pantalla solar, colocándola media hora antes. Hay que renovarlo cada dos horas, o dos horas y media y cuidar muy especialmente las zonas que corren más peligro de quemaduras solares que son: muslos (donde acaba el traje de baño), escotes, hombros, pómulos, nariz, párpados y labios.

Hay que prestar atención atención al contenido de grasa de los productos de protección solar.

Las cremas muy grasas impermeabilizan la piel contra la evaporación acumulándose el calor por debajo.

Es más apropiado utilizar emulsiones o geles solares hidratantes. Sólo la piel muy seca soporta cremas grasas cuando hace mucho calor.


El moderno concepto de belleza muchas veces obliga a preferir una piel bronceada, pero no hay que olvidar que una piel bronceada es una piel agredida.

Es por ello que no existe mejor cosmético que un buen protector antisolar, para cuidar la piel, y exponerse al sol sin riesgos y sin “culpas”.

Que usar para protegerse

Existen diferentes productos cosméticos en el mercado que ayudan a recibir sólo los beneficios del sol.

Bronceadores con protección
Están preparados para permitir el bronceado “filtrando” los rayos responsables del eritema solar.

Las pantallas antisolares
Evitan tanto el eritema como el bronceado. Esto se consigue debido a que tienen absorbentes químicos. Lo importante es su función ya que sirven para: reducir el eritema solar, prevenir los cánceres cutáneos, frenar el envejecimiento cutáneo, y proteger las pieles frágiles.

Bronceadores sin sol
Los bronceadores sin sol o tonalizadores de la piel, producen una coloración causada por la reacción química del producto con los aminoácidos de la piel.  La tonalidad se percibe, aproximadamente, seis horas después de la aplicación.

Como el tejido cutáneo de las distintas áreas del cuerpo no es homogéneo, la tinción puede no ser pareja. El color se pierde de a poco por descamación de la piel, y en cinco días desaparece totalmente. Los bronceadores sin sol no ofrecen protección alguna si con ellos un individuo se expone al sol.

Aceleradores del bronceado
Estos productos favorecen la pigmentación precoz, dan un color más intenso y también más duradero.

Para agendar:

No tomes sol entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde.

Usá protector solar y no te olvides de aplicarlo después del mar o la pileta aunque esté indicado que es a prueba de agua.

Cuidate de las superficies que reflejan los rayos ultravioletas como la arena, la nieve, el agua y el cemento. Estar a la sombra no protege de las quemaduras solares.

La piel de los bebés y de los chicos es más delicada que la de los adultos. No exponga a los chicos al sol, en especial durante las horas críticas. Protégelos con pantallas bloqueadoras de alto índice de protección. Tené en cuenta que los chicos no toman sol, pero sí juegan al sol. Hay que tener siempre a mano una remera y un gorro.

Consultá a tu médico antes de exponerte al sol si estás tomando medicamentos.

Un bronceado protegido es la premisa fundamental del tostado de este verano.