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diciembre 14, 2009

Anabolicos, Esteroides

Con respecto a la palabra "anabólico" vale la pena aclarar que significa "aumento de la masa muscular".

Una buena dieta combinada con un entrenamiento adecuado de sobrecarga en un joven provoca rápidamente un fenómeno anabólico.



Los esteroides son preparados sintéticos con propiedades muy similares a las hormonas masculinas (testosterona); donde cabe resaltar que las hormonas no se consumen, sino que son fabricadas por el propio organismo en un muy delicado equilibrio.

El efecto del ejercicio es justamente el de aumentar la concentración de testosterona en sangre de manera natural. (por esta razón es que vemos con frecuencia la muerte de ex deportistas, o incluso algunos en actividad, debido al consumo de esteroides.

Los casos donde con más frecuencia ocurre esto es en los atletas y jugadores de basquet de la NBA).

Los efectos conocidos de los esteroides son los siguientes:

Aumentar hasta 20 veces la concentración de testosterona en sangre provocando trastornos en el sistema endócrino.

Producir desarreglos cardíacos y neurológicos similares a los causados por las drogas pesadas.

Disminuir la producción de hormonas en la hipófisis, y en los hombres también la formación de esperma más el atrofiamiento de los testículos.

En mujeres, transformaciones en los órganos reproductores, masculinización en las formas y hasta en la voz, alteración de los ciclos menstruales, crecimiento excesivo de vello, etc.

En jóvenes, aceleración de la osificación del esqueleto y retardo del crecimiento.

Retención de líquidos y productos de desecho del organismo, con la consiguiente intoxicación del mismo.



Formación de edemas, disturbios en la función hepática, y como consecuencia, irregularidades en la digestión, cefaleas, vómitos y en casos hasta hepatitis 'C' o distintas variedades de cáncer.

Un dato importante es que a nivel hepático se cumple una ley del tipo 'todo o nada'' en la que un mínimo consumo de esteroides puede producir efectos similares al que produce la ingestión de grandes cantidades, siendo una real ruleta rusa.

Irritación nerviosa, mal humor, insociabilidad, destrozos neurológicos (dificultad en la coordinación, trastornos en el habla, etc.).

Crece el riesgo de lesiones musculares (desgarros ocasionados por el aumento acelerado y artificial de la fuerza), lesiones articulares, roturas de ligamentos.

Todas consecuencias lógicas a partir del aumento descontrolado de la fuerza muscular en forma despareja con el de articulaciones y ligamentos.