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julio 25, 2011

Grasa Localizada

Un estudio reciente afirma que la grasa eliminada mediante la liposucción vuelve al cuerpo después de un año, y en ocasiones en sitios más dañinos para la salud, como el abdomen. 

Por si esto fuera poco, muchos expertos arremeten contra procedimientos alternativos a la liposucción para eliminar la grasa localizada, como el láser, la mesoterapia o la cavitación, muy en boga últimamente por su bajo precio. 

En Francia han sido prohibidos, al considerar las autoridades sanitarias que suponen un riesgo para la salud.


Cuando se habla de luchar contra la grasa localizada, nos referimos a acabar con ella en sitios determinados ("cartucheras", tripa...), y no a combatir la obesidad o el sobrepeso, aunque en muchos casos ambos problemas se dan en la misma persona. Es, por tanto, más una cuestión de estética que de salud.

La liposucción consiste, de forma abreviada, en absorber la grasa de una zona determinada mediante una cánula que se introduce en la zona gracias a una pequeña incisión que no deja apenas huella. Se practica con anestesia local o sedación y, dado que la técnica ha mejorado mucho desde que apareció, en 1974, es una de las intervenciones más demandadas.

Es el arma preferida para atacar a la grasa localizada, y la utilizan tanto mujeres como, cada vez más, hombres. Además de no dejar cicatrices, ha ganado fama de eficaz, poco arriesgada y relativamente asequible, aunque no deja de ser una intervención que cuesta entre 1.500 y 9.000 euros. Sin embargo, últimamente no hay buenas noticias para esta técnica.

Un estudio realizado por la Universidad de Colorado (Estados Unidos), publicado en Obesity, indica que la grasa extirpada del cuerpo mediante liposucción vuelve a él al cabo de un año, pero situada en la parte superior del abdomen, en los hombros y en los brazos. La estética mejora, ya que la grasa no vuelve al sitio del que se quitó, pero no se consigue adelgazar ni mejorar el estado de salud; en todo caso, el perfil metabólico podría empeorar, ya que la grasa abdominal es más perniciosa que la situada en los muslos.

El estudio fue realizado en primer lugar en roedores y más tarde en mujeres, con grupo de control incluido. "Creemos que el cerebro sabe de alguna manera la cantidad de grasa que tiene el organismo y trata de regular su presencia para que sea siempre la misma", afirma Robert Eckel, principal responsable del estudio. Si bien es cierto que algunos expertos discrepan de los resultados de esta investigación, parece claro que la liposucción ha quedado en entredicho.

Pero no han terminado las malas noticias para los tratamientos contra la grasa localizada. En estos últimos años, determinadas técnicas (mesoterapia, láser, infrarojos, ultrasonidos, carboxiterapia, electrolipólisis...) han ido comiendo el terreno a la liposucción, sobre todo por ser más sencillas, menos cruentas y más económicas. Además de las dudas que asaltan a las técnicas en sí mismas, el problema es que, en muchos casos, se aplican en salones de belleza o centros de estética por personal muy poco cualificado.

Si bien es difícil meter todas estas técnicas alternativas a la liposucción en el mismo saco, muchos expertos coinciden en su escepticismo acerca de su eficacia. Como afirma Jaume Masiá, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, "la efectividad de la mayoría de estos productos y técnicas es bastante dudosa. No hay ninguna evidencia científica de que produzcan una reducción real y medible de la celulitis".

Por su parte, la asociación El Defensor del Paciente va a solicitar al Ministerio de Sanidad que haga lo mismo que su homólogo francés y prohíba estas técnicas, ya que, en la actualidad, existe en España un vacío legal que permite todo tipo de irregularidades. La presidenta de la mencionada asociación, Carmen Flores, afirma que "esas técnicas son inseguras y arriesgadas. Y sus resultados, si los tienen, son temporales".

Fuente: www.adelgazar.net