Metabolismo es una palabra de origen griego que quiere decir cambio, transformación o evolución de algo.
Se hace referencia al conjunto de reacciones bioquímicas que sufren todos los organismos en las células con el objetivo de obtener e intercambiar materia y energía con el medio ambiente.
Las reacciones influyen en procesos como la digestión de alimentos y nutrientes, la eliminación de los desechos a través de la orina y de las heces, la respiración, la circulación sanguínea y la regulación de la temperatura corporal.
Existen dos grandes procesos metabólicos:
- anabolismo
- catabolismo.
El anabolismo, también llamado fase biosintética o metabolismo constructivo, son las reacciones de síntesis necesarias para el crecimiento de nuevas células y la conservación de los tejidos.
El catabolismo o fase degradativa, se refiere a aquel proceso orientado a producir la energía necesaria para poder realizar actividades físicas, sean éstas al interior del cuerpo o externas. También es el encargado de regular la temperatura corporal y se preocupa de la degradación de aquellas moléculas más complejas como los lípidos y las proteínas, y de sustancias sencillas como el ácido láctico o el dióxido de carbono.
Estas sustancias son desechos producidos por diferentes órganos del cuerpo, por ejemplo los pulmones. Durante la degradación se libera energía química, la cual es almacenada en forma de ATP (trifosfato de adenosina) y es liberada cuando es necesaria para realizar los diferentes procesos anabólicos.
Ambos tipos de reacciones se encuentran entrelazadas en lo que se llaman las rutas metabólicas. Éstas se van combinando de manera de generar los compuestos finales específicos y esenciales que permiten la vida. Cuando las reacciones anabólicas superan en actividad a las catabólicas, el organismo aumenta o gana peso. Cuando sucede lo contrario, es decir, cuando las reacciones catabólicas son superiores a las anabólicas, se pierde peso corporal.
Esto sucede, por ejemplo, durante períodos de ayuno o cuando se ha padecido alguna enfermedad. En el caso de que la actividad de ambos procesos se encuentre equilibrada, entonces el organismo se considera que está en un equilibrio dinámico.
Por todos estos motivos es que popularmente se habla de que tal persona tiene un "buen metabolismo", en el sentido de que es capaz de mantener su peso corporal comiendo de manera normal.
Existen enfermedades asociadas al metabolismo, entendidos como errores congénitos. Cuando una persona carece de una determinada enzima (proteínas que catalizan o aceleran reacciones químicas) como consecuencia de un mal hereditario, hay una transformación química que quedará sin hacerse.
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