1. La educación que propicia la vida del hogar es la base de la felicidad de nuestros hijos. Vive de tal modo que tu hijo se sienta orgulloso de ti al ver, en tus ejemplos, el modelo que le sirve a su vida para llegar a ser un hombre perfecto.
2. Derrocha amor y alegría, en cualquier ocasión que tengas. La felicidad no puede estar en nada que esté fuera de ti. Búscala en el interior de ti mismo.
3.Mira siempre el lado hermoso de la vida. Aunque el ambiente en que te mueves sea el barro, busca, atentamente, y hallarás alguna florecilla que alegrará tu alma.
4. Jamás digas a tus compañeros expresiones que los desanimen en el camino del bien. No eches en los otros el mal que envenenó tu alma. Si tuviste alguna decepción, dile que estás sufriendo, pero levanta el corazón.. el desánimo intoxica.
5. Si realmente necesitas discutir, hazlo con calma. No atropelles la discusión: los derechos de la contraparte son iguales a los tuyos.
6. No pierdas la calma. Cuando la ira nos domina, la salud se descontrola, los órganos se desajustan y sufrimos muchísimo. No pierdas la calma ni manifiestes que el asunto te afectó.
7. Conserva el equilibrio y la alegría. Busca la humildad. No arrojes piedras a quien te hizo el bien. No te sientas humillado cuando te den una ayuda. Sé agradecido. Rompe tu orgullo y recibe con gratitud la ayuda que te ofrecen. El peor de los defectos es la ingratitud.
8. No te canses nunca de hacer el bien. No permitas que la pereza debilite tu espíritu. Vive con alegría y entusiasmo.
9. No le des mucha importancia a la edad de tu cuerpo físico: sé joven siempre y de gran apertura espiritual. El espíritu no tiene edad. La mente nunca envejece. Aunque el cuerpo muestre los síntomas de la edad física has de conservarte joven y abierto, como fruto de tu mentalidad positiva. Haz que tu cuerpo irradie la juventud de tu alma, sin importar la edad que tengas.
10. No te vengues de los demás, porque te harías mal a ti mismo.
Fuente: "Minutos de Sabiduría" de C. Torres Pastorino
